El guitarrista WALTER TROUT celebra su 70 cumpleaños con el anuncio del lanzamiento de un nuevo álbum llamado "RIDE"
El icónico guitarrista estadounidense de blues-rock Walter Trout lanzará su trigésimo álbum en solitario, Ride, el 19 de agosto a través de Provogue/Mascot Label Group.
La última vez que vimos a Trout salir, estaba de gira en apoyo de Ordinary Madness de 2020. La campaña terminó en frustración, cuando el Covid hizo que el trabajo en vivo fuera demasiado peligroso, tanto para este sobreviviente de trasplante de hígado como para sus fanáticos, lo que condenó a Trout a un tiempo de inactividad forzoso en Dinamarca que no había conocido en medio siglo. “Llevo en esto desde el 69, cuando empecé en los bares de Nueva Jersey”, reflexiona. “De repente, estuve sentado sobre mi trasero durante dieciséis meses, aunque todavía practicaba la guitarra todos los días. Mi esposa y manager Marie sabía que necesitaba hacer música. Así que su regalo para mí por mi 70 cumpleaños fue un nuevo contrato discográfico que había negociado. Mi productor, Eric Corne, buscó un nuevo estudio en Los Ángeles y mi plan era volar a casa para hacer un nuevo álbum”.
Al llegar a la costa oeste de EE. UU. dos semanas antes de que comenzaran las sesiones, Trout se decidió a escribir el material de Ride en su casa ahora desierta en Huntington Beach, California. Pero incluso en este paraíso junto a la playa, entre las palmeras y la brisa del mar, el pasado llamó. Como saben los fanáticos de Trout desde hace mucho tiempo, Golden State ha sido el hogar del bluesman durante 47 años.
Con el tiempo, Trout se unió a la formación de Bluesbreakers de John Mayall en el 85, antes de embarcarse en una aclamada carrera en solitario a partir del 89 en adelante. Pero antes de eso llegaron sus años caóticos y autodestructivos como guitarrista principal, ya sea para venerados pero complicados pioneros del blues como John Lee Hooker y Big Mama Thornton, o una permanencia desquiciada en una formación de Canned Heat de los años 80 controlada por Hell's Ángeles.
El exceso bien documentado de Trout en esta era fue más oscuro que una joven estrella de rock que se suelta. Todo podría remontarse a su infancia problemática en Nueva Jersey, explica, donde un padrastro inestable, él mismo víctima de una crueldad impactante como prisionero de guerra, era una presencia aterradora. A medida que Ride tomó forma, tales recuerdos no pudieron evitar darle sabor a la música. “Este álbum es obviamente lo que estaba pasando mental y emocionalmente”, considera. “Todo lo que hice fue expresarlo. Pasé mucho tiempo llorando, porque profundizaba en mi núcleo emocional. Quiero que mis canciones tengan algún tipo de verdad en ellas”.
Desde el riff chirriante y el arpa del tren de carga que encienden la mecha de Ghosts, está claro que Ride no se parece a nada más en el catálogo de Trout. “Esa canción en realidad fue escrita como un poema”, explica. “Comienza con la letra, ‘A veces escucho una canción familiar y me trae recuerdos’. Esa es la verdad. Voy en mi auto, suena una canción en la radio y tengo que detenerme y llorar por un rato. Ghosts resume este álbum, ¿sabes?
Algunos recuerdos son lejanos pero eternamente conmovedores. Prueba de ello es la canción principal, que relata la locomotora que traqueteaba frente a la casa de su infancia todas las noches y lo atrajo a un salto de carga hacia la libertad. El tormentoso Hey Mama se inspira en el mismo período, con Trout debatiendo si su trauma podría haberse evitado. “No estoy enojado con mi mamá y me encanta su memoria”, dice, “pero mi esposa dice: ‘Tu mamá probablemente podría haber hecho más para protegerte de tu padrastro’. Sí, tal vez podría haberlo hecho. Pero es fácil decir eso mirando hacia atrás”.
Otras canciones son más recientes y crudas, como el lamento de pequeñas horas de combustión lenta Follow You Back Home, que canaliza la angustia de Trout durante un período de dificultad matrimonial. Sin embargo, las reflexiones de Trout no siempre son negativas. Cubierto de reverberación, levemente hendrixiano y vocalmente influenciado por Chet Baker, el sorprendente cierre del álbum Destiny ofrece un relato sin adornos del primer encuentro del guitarrista con Marie en un festival de blues danés en 1990.
A estas alturas, Trout sabe que nadie realmente deja atrás a su antiguo yo. Pero con Ride proporcionando una válvula de escape emocional, tanto para su creador como para sus fieles oyentes, quizás este veterano artista pueda reconciliarse con su pasado, aceptar su futuro y vivir en el presente a medida que se desarrolla. “Creo que puedes interpretar el título de este álbum de diferentes maneras”, concluye. “Quiero decir, este álbum es definitivamente un paseo musical y ciertamente traté de cubrir mucho terreno. Pero, en realidad, la vida también es una especie de paseo, ¿no? Y quiero vivir la mía al máximo”.
Por muy rápido o lejos que viaje un hombre, nunca podrá realmente dejar atrás su pasado. Walter Trout lo sabe mejor que nadie. Cuando se embarcó en su álbum en solitario número 30, Ride, el icónico guitarrista de blues-rock de EE. UU. se encontró mirando el horizonte y los brotes verdes de su triunfal carrera tardía. Hubo un nuevo contrato discográfico con Mascot/Provogue. Una mudanza de California a Dinamarca con su amada familia. Incluso ahora, a los 70 años, Trout seguía escribiendo nuevos capítulos de la historia de su vida.
Sin duda, Ride tiene un impulso cargado y una energía moderna, con Trout ampliando su paleta musical y tomando el pulso de una era tambaleándose tanto por la pandemia como por la política. Y, sin embargo, cuando el veterano compositor tomó la guitarra y el bloc de notas, se encontró caminando una vez más entre las escenas buenas, malas y feas de su extraordinaria historia de fondo.
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